En principio, se distinguen dos grandes características del funcionamiento de estas: el internacionalismo proletario y la coexistencia pacífica. El internacionalismo proletario tiene que ver con el apoyo a los partidos comunistas de otros países a completar su fin, la revolución del proletariado, como dicta Karl Marx en su Manifiesto Comunista. Por otro lado, la coexistencia supone la imposición de marcos regulatorios para llevar a cabo un pasar pacífico con el resto de las naciones. A pesar de que estas dos ideas puedan ser contraproducentes, el pensamiento comunista afirma que pueden ser llevadas a cabo juntas, de acuerdo a los Estudios Sobre Países, publicados por el Gobierno de los EE.UU. en el libro Unión Soviética: "la coexistencia pacífica no excluye, pero presupone la oposición determinada a la agresión imperialista y apoyo a pueblos que defienden sus ganancias revolucionarias o luchan contra la opresión extranjera".
Bajo un criterio distinto, también se clasificaron las prioridades soviéticas en relación con las relaciones exteriores, aunque con el tiempo estas hayan ido variando. Al comienzo, se encontró como principal preocupación el cosechar condiciones óptimas para la realización del comunismo en la Unión Soviética, como fue terminar con la amenaza de guerra mundial, el desarme, el refuerzo del sistema socialista mundial, entre otros. Luego, las prioridades fueron variantes, aunque siempre se mantuvieron latentes la importancia de la seguridad nacional y la del Partido Comunista, y, especialmente finalizada la II Guerra Mundial, la influencia del comunismo en Europa del Este.
Fuentes:
Pierre Renouvin, Historia de las Relaciones Internacionales, Tomo II
Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Relaciones_internacionales_de_la_Unión_Soviética
Fuentes:
Pierre Renouvin, Historia de las Relaciones Internacionales, Tomo II
Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Relaciones_internacionales_de_la_Unión_Soviética
No hay comentarios:
Publicar un comentario